Creo que emprender debería ser una herramienta para tener una vida plena.
Gracias a ello tenemos la ventaja de no depender de un horario, de poder trabajar a la hora que queramos, de irnos de vacaciones cuando el destino no esté masificado y muchas otras cosas más que en realidad son la hostia.
¿Hay cosas malas también? Sí, pero hay más cosas buenas que hacen que todo merezca la pena.
A pesar de todo esto no paramos de autoexplotarnos. De exigirnos más. De trabajar 24/7. De no desconectar. De no parar a delegar porque no tenemos tiempo.
En general no somos eficientes.
Y me incluyo porque yo también lo fui durante muchos años. Y sí, esos años fueron donde mi negocio más creció, pero también donde dejé de lado muchas cosas y a muchas personas importantes de mi vida. Empezando por mí mismo. Deje de hacer deporte, deje de cuidarme, cada día tenía peor humor. Y echando la vista atrás... no merece la pena.
A día de hoy creo haber encontrado el equilibrio entre emprender, montar negocios, hacerlos crecer priorizándome a mí mismo y a mi entorno antes que a los negocios.
Aunque no te voy a engañar, hay días buenos y días malos, pero más de los primeros que de los segundos.
¿Y los tuyos?, ¿últimamente tienes más días buenos o más días malos?
Para echarte una mano a ganar más tiempo libre y tener menos estrés trabajando me leí el libro Work Smarter, Not Harder e hice un resumen de sus 18 reglas para ser más eficiente.
Lo puedes ver aquí:
Recuerda: primero tú, luego tu entorno, luego los negocios.
Un abrazo.
Mario.